Agua
03
Ago
2023

Recursos de agua no convencional para mitigar el impacto del cambio climático

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Interesantes iniciativas para luchar contra el cambio climático…

Resumen del artículo de Carlos Cosín, CEO de Almar Water Solutions y presidente de la International Desalination Association (IDA)

Impulsado por la actividad humana, el cambio climático está desencadenando fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todo el mundo, incluyendo olas de calor, fuertes lluvias e inundaciones, sequías y ciclones tropicales.

Muchas de sus consecuencias son irreversibles, pero los científicos siguen insistiendo en que la catástrofe puede evitarse si el mundo actúa rápidamente y al unísono.

El Grupo Intergubernamental de Expertos de las Naciones Unidas ha evaluado la situación del cambio climático (IPCC) en su último informe, afirmando que en todos los escenarios de emisiones considerados por los científicos, el objetivo de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2ºC este siglo y persistir en los esfuerzos para mantenerla por debajo de los 1,5ºC, no se cumplirá a menos que haya un recorte masivo de las emisiones de dióxido de carbono. Cumplir estos objetivos es difícil pero no imposible.

Trabajando juntos, los líderes gubernamentales, las empresas privadas y los ciudadanos podemos reducir los gases de efecto invernadero y estabilizar el aumento de las temperaturas.

El sector del agua, especialmente la Asociación Internacional de Desalación (IDA), es un valioso aliado de las Naciones Unidas y de la lucha contra el cambio climático. Sus líderes, expertos y profesionales comparten las mejores ideas para hacer frente al impacto del cambio climático en los sistemas hídricos mundiales. Además de ser imprescindible para la vida misma, el agua es un recurso crítico para afrontar los retos que plantea el cambio climático.

La creación de nuevas fuentes de agua, mediante la desalación y la reutilización, es una alternativa natural y viable para conservar los escasos recursos hídricos y proteger el medio ambiente.

Numerosas organizaciones multilaterales del sector coinciden en que las fuentes de agua no convencionales pueden proporcionar agua potable de alta calidad para uso doméstico, industrial y agrícola, permitiendo así el desarrollo económico y social.

Los proyectos que ya están en fase de producción y el coste actual del agua desalada demuestran que esta tecnología es una opción atractiva y viable a largo plazo y, necesaria especialmente en los países que sufren escasez de agua.

La reutilización es otro campo con una alta tasa de crecimiento prevista. Sus costes aún más bajos y su disponibilidad inmediata, además de los efectos beneficiosos de eliminar de la atmósfera el agua no tratada y sus emisiones de gases de efecto invernadero asociadas, hacen de ella una opción muy eficiente y sostenible. La reutilización seguirá aumentando en países como China, donde es una de las principales prioridades de la política medioambiental del gobierno. En Estados Unidos, estados como Florida y California han aprovechado las ventajas de la reutilización para diversificar sus suministros de agua; este enfoque está creciendo también en otros lugares como Texas y Arizona. Pocos han sido pioneros en la implantación a gran escala de esta tecnología, pero algunos ya han alcanzado tasas de reutilización del 90% en su suministro de agua convencional. La tendencia está cobrando impulso, pero aún no es suficiente.

La creación de nuevas fuentes de agua, mediante la desalación y la reutilización, es una alternativa natural y viable para conservar los escasos recursos hídricos y proteger el medio ambiente.

Si bien se han logrado avances sustanciales con las tecnologías no convencionales, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 de las Naciones Unidades -garantizar el acceso al agua y al saneamiento para todos en 2030- no avanza al ritmo esperado.

Numerosos cuellos de botella impiden un mayor progreso:

  • La fragmentación política e institucional entre niveles, actores y sectores hace que las decisiones tomadas en un sector (por ejemplo, la agricultura, la energía, la sanidad o la protección del medio ambiente) a menudo no tengan en cuenta el impacto que sus medidas tienen sobre la disponibilidad y la calidad del agua en otros sectores.
  • La consiguiente escasez de financiación ralentiza e impide la realización de proyectos necesarios.
  • Al mismo tiempo, los datos y la información no suelen estar disponibles o no se comparten entre los sectores para permitir una toma de decisiones eficaz.
  • No hay que olvidar que si no se avanza en el ODS 6, prácticamente el resto de los ODS, desde la erradicación de la pobreza hasta garantizar la seguridad alimentaria pasando por la educación para todos y la protección del medio ambiente, están condenados al fracaso.

Ante este desafiante pero esperanzador escenario, todas las partes interesadas deben seguir trabajando y apoyando iniciativas que ayuden a combatir el cambio climático y a mejorar los sistemas hídricos del mundo.

Desde IDA lanzamos un mensaje de apoyo a todo el sector y nos aseguramos de que nuestros compañeros avancen para promover e impulsar la innovación, tanto tecnológica como política, para conseguir un planeta más sostenible y resiliente.

Fuente: Carlos Cosín (iagua)

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