La creciente brecha digital continúa influyendo negativamente en la educación. Una respuesta a esta crisis, es el fortalecimiento del perfil profesional del profesorado a través de programas de desarrollo profesional que consideren las características del profesorado, fortalezcan sus competencias digitales e incidan directamente en el proceso de aprendizaje.
Extracto del Artículo de la Revista digital “TELOS” (Fundación Telefónica-España) donde se recogen algunas conclusiones sobre la problemática de la brecha digital (que afecta directamente a los procesos de aprendizaje), su complejidad y aparente difícil solución a corto plazo.
“La mala noticia es que la brecha de acceso digital llegó para quedarse…”, así inicia el título del artículo de Hilbert (2016), argumentando que este problema, por su complejidad, no tiene una aparente solución a corto plazo.
El campo educativo no es ajeno a esta problemática, ya que uno de los crecientes problemas en todos los niveles es la falta de acceso a la tecnología afectando directamente los procesos de aprendizaje. Por acceso a la tecnología, se comprende no solo la carencia de infraestructura tecnológica, sino la falta de conocimientos, habilidades, competencias, así como las creencias y actitudes relacionadas al uso de las tecnologías en la educación.
Disminuir la brecha digital es uno de los mayores desafíos para la educación, la política pública y la sociedad en general.
En el contexto educativo la brecha digital afecta directamente la capacidad de recibir una educación de calidad, incrementando aún más las brechas sociales que acompañan a nuestras sociedades. Además, la presencia de COVID-19 agudiza esta situación planteando grandes desafíos para educadores, entidades públicas, organizaciones, y demás actores. Esta problemática, exige respuestas concretas y viables. En este sentido, quienes trabajamos en la educación comprendemos el rol fundamental que cumple el docente en los procesos de aprendizaje e innovación. Por lo tanto, frente a la creciente brecha digital un punto de partida para darle respuesta es el fortalecer los procesos de desarrollo profesional del profesorado. Es decir, a través de una formación enfocada en potenciar sus competencias digitales, se puede reducir la brecha digital que tanto afecta a la educación.
La brecha digital afecta directamente la capacidad de recibir una educación de calidad, incrementando aún más las diferencias sociales.
Conclusión
La creciente brecha digital necesita de una respuesta por parte de quienes servimos a la educación. Un punto de partida, es fortalecer las competencias digitales del profesorado por medio de programas de desarrollo profesional que conduzcan a la comprensión de las bondades de las tecnologías aplicadas a la educación permitiéndole al profesional decidir con total libertad si integrar o no las tecnologías en los procesos de aprendizaje. Es imperativo fortalecer el perfil profesional del profesorado ya que son la puerta de acceso para la aplicación de las tecnologías en la educación. La brecha digital se podría reducir si apostamos por una formación continua de alta calidad fortaleciendo el crecimiento profesional del profesorado, sin retirar la mirada del fin último de toda iniciativa de desarrollo profesional, el aprendizaje de los estudiantes, quienes son los beneficiarios directos de un profesorado altamente calificado.
Fuente: Christian Jaramillo Baquerizo, Revista digital “TELOS” (Fundación Telefónica-España)
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