Algunas de las razones por las que resulta IMPRESCINDIBLE aprender a gestionar los Recursos Hídricos.

Resumen del artículo de Carlos Prego (xataka.com)

Las consecuencias de la sequía alcanzan a los hogares, la industria, la agricultura, el transporte, tiene derivas sobre la naturaleza o incluso la arqueología y, desde luego, se deja sentir en el sector energético.

Menos agua se traduce en ríos y embalses más vacíos, que afecta a su vez a la capacidad de generación hidráulica.

La escasez de lluvias ha derivado en un escenario de sequía que no se vivía desde hacía décadas en España y en otros países… y con menos agua embalsada, se reduce también el margen para el aprovechamiento de los saltos.

El desplome en la aportación de la energía hidráulica (cerca de un 50% interanual), sumado a otras caídas de menor calado, como la energía solar térmica o eólica, tiene un efecto contundente sobre el balance global de las renovables. Ni siquiera el alza de la energía solar fotovoltaica compensa el cuadro general de caída de generación.

Más allá de su impacto en el medio ambiente, población y empresas, la falta de agua también afecta a la energía hidroeléctrica y repercute en los precios.

Para hacer frente a la situación, muchos países racionan el uso público de agua y limitan el suministro de energía a miles de fábricas (p.e. Tesla o Toyota se han visto obligadas a suspender de forma temporal su actividad en sus plantas).

Las consecuencias de sequía también tiene su impacto negativo en la energía nuclear. En Francia, por ejemplo, varios reactores han tenido que aminorar su producción por la alta temperatura del agua que llega del río (clave para enfriarlos). Otro país que también se ha visto afectado de una forma inesperada es Alemania: al bajar el nivel del Rin se ha encontrado con un problema para desplazar el carbón con el que quiere limitar su dependencia del gas ruso.

Fuente: Carlos Prego (xataka.com)