Google decidió cerrar el servicio de su herramienta de feeds porque no da dinero, causando perplejidad y enfado entre sus usuarios.
Los pundits se preguntan:
“¿por qué Google cierra Reader?”
Google ha decidido cerrar el servicio de su herramienta de feeds, causando perplejidad y enfado entre sus usuarios. ¿Por qué lo cierran, por qué? La respuesta es brutal: porque no da dinero. Se podrá añadir: porque seguramente canibaliza otros servicios, y porque ya han aprendido todo lo que podían aprender.
Reader es una herramienta para usuarios especializados. Permite leer desde un único punto un montón de fuentes: blogs, prensa, anuncios de licitaciones, galerías de fotos, tumblrs. Es el sueño de cualquier publicador: una audiencia escuchando permanentemente en modo push, donde los lectores se suscriben y no tienes que perseguirlos. Se podría decir que es propia de ratones de biblioteca que apilan libros y sistematizan sus lecturas y apuntan sus descubrimientos y los lugares que deberían visitar esporádicamente y que con frecuencia olvidan.
Hay alternativas, por supuesto. Pero los servicios de Google tienen una sencillez y una rapidez encomiables y poco frecuentes. Es probable que alguno de sus competidores en el nicho aproveche la ocasión.
Reader tiene tres problemas, tres.
El primero es que no incluye publicidad en la interfaz. No la incluye tampoco en los contenidos aunque estos sí la incluyan en el lugar de origen. Esto se aplica, incluso, a la propia publicidad de Google. Hay una objetiva pérdida de negocio y de oportunidad de negocio. El tercer problema es más complejo: la audiencia de Reader es complicada de medir, lo que afea el rendimiento y la fiabilidad de los datos de analítica, uno de los puntos fuertes de Google para vender publicidad. Reader empieza a ser ese pariente incómodo que hay en todas las familias, cada uno a su manera.
Finalmente, Reader no ha trascendido la audiencia hiperespecializada de tecnólogos. La gente comparte ahora por Twitter, Facebook y Linkedin, que se han convertido en los readers inanes y oficiosos del gran público, en una economía de atención donde la gente lee titulares, no contenidos. En esta tesitura, y siendo tiempo de recortes en gastos corrientes, una vez han aprendido lo que querían de hábitos de comportamiento y consumo de fuentes de información, lo cierran.
Este cierre responde a un puñado de claves de experiencia de usuario, mood, y economía de la atención. Como interfaz y producto, sus características serían excelentes en un contexto de intranet o extranet. En una web pública y gratuita, son una catástrofe. Esto, que es tan fácil de entender, escapa a los pundits. Podéis quejaros: vuestro enfado es comprensible y lo compartimos, pero vuestra perplejidad es inexcusable. ¡Guruses, vosotros haríais lo mismo si fuera vuestra pasta!
Fuente: BIKO http://www.biko2.com/
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