Sumar experiencias propias y ajenas con un fin común; evolucionar como humanidad, como generación a la que le toca hacer propuestas ricas y disruptivas. Establecer nuevas formas de ser y hacer, rompiendo las fronteras de lo conocido y atrevernos a dibujar escenarios inimaginables.
Extracto del Artículo de la Revista digital “TELOS” Nº116 (Fundación Telefónica-España) donde se recogen algunas conclusiones sobre cómo debemos diseñar los escenarios futuros.
Los escenarios de futuro deberán ser diseñados por todos, o por lo menos con una inmensidad actores diversos que, no solo se atrevan a compartir y proponer, sino que estén dispuestos a enfrentar retos que se presentan fuertemente desafiantes y que nos exigen salir del encierro presente, asumiendo la incertidumbre, el cambio inmanente como recurso poderoso que permite mantenernos atentos y estimula a la flexibilidad. Una flexibilidad necesaria que nos abre las diferentes puertas y nos aproxima a cambios realmente asombrosos, y a los que sólo podremos llegar sabiendo nuestros roles individuales, y poniéndolos al servicio de algo que aún no sabemos que es, pero que lograremos, si nos ocupamos de esos diferentes aspectos, que van más allá de la intensidad, frecuencia y velocidad con la que se presentan..
Tendremos que sumar experiencias propias y ajenas con un fin común; evolucionar como humanidad, como generación a la que le toca hacer propuestas ricas y disruptivas. Establecer nuevas formas de ser y hacer, rompiendo las fronteras de lo conocido y atrevernos a dibujar escenarios inimaginables.
Avanzar desde lo individual y local, hacia lo colectivo y multidimensional, uniéndonos como individuos con roles claros y redefinidos por nosotros mismos. Para llegar a la “Inteligencia Multidimensional” hay que pasar por varios niveles previos que integran y son parte de esta gran “Inteligencia Colectiva Aumentada”, como la denominan algunos investigadores. El trabajo individual y personal, no podrá evadirse, es un requisito indispensable para que se genere nuestra propia inteligencia individual, compartirla y ponerla al servicio del entorno.
En la imagen anterior podemos observar el esquema evolutivo que consta de cuatro dimensiones. La “Inteligencia Multidimensional”, las contiene a todas. Seguramente, como la colaboración es intangible, no sepas como medirla o cuantificarla, ya que es invisible, no es material, es un activo intangible, pero es real, existe y es genuina. Se manifiesta gracias a la voluntad de las personas involucradas que desean resolver un problema juntos y que arroje resultados excepcionales. El paso de lo individual, hacia lo colaborativo, y luego a lo colectivo, no se manifiesta por decisión del grupo o individuo, sino que es el resultado del trabajo realizado en cada una de esas etapas, si logramos pasar al siguiente nivel, es porque hemos realizado bien el trabajo, en la etapa donde estábamos, de lo contrario, no sucederá.
Algunas conclusiones
- Cuando la Inteligencia Individual, se expande, le imprime una potencia extra al motor para su crecimiento exponencial con el entorno, y en beneficio del entorno.
- La creatividad y la capacidad de compartir conocimientos, es uno de los mayores tesoros que tenemos los seres humanos para diseñar el nuevo mundo. Cuando la Inteligencia Individual, se expande, le imprime una potencia extra al motor para su crecimiento exponencial con el entorno, y en beneficio del entorno.
Fuente: Nohelis Ruiz Arvelo, Revista digital “TELOS” Nº116 (Fundación Telefónica-España)
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