En plena transformación digital, la universidad se enfrenta a su mayor desafío para seguir siendo cuna y motor de conocimiento en el siglo XXI.
Todo cambia, nada permanece. Una sociedad profundamente tecnológica y digital precisa de instituciones capaces de cambiar con ella, adelantarse a sus necesidades y cubrir sus demandas. También en la universidad, una institución histórica que ha sabido resistir a los embistes del tiempo y los acontecimientos durante siglos, pero que muy posiblemente no permanecerá ajena a la mayor transformación de nuestro tiempo, aunque esta tenga lugar en apenas un lustro. Renovarse o morir.
Un nuevo rol aguarda a la universidad, una institución recia, histórica y muy burocratizada que clama nuevos aires de transformación. A su alrededor, el mundo se mueve a una velocidad que, lejos de estabilizarse, parece correr cada vez más. En la sociedad de la información, los agentes claves que marcarán las futuras generaciones serán aquellos que sepan adaptarse a este nuevo contexto en el que el conocimiento ya no es patrimonio exclusivo de los más eruditos ni se esconde entre cuatro paredes.
Sobre el papel de la universidad en plena transformación digital reflexionan en la web de Telefónica Educación Digital. Un espacio para el debate sobre los nuevos aprendizajes y con el que la compañía quiere impulsar la empleabilidad y las nuevas modalidades de capacitación. Un escenario de cambio sobre el que detenerse para descubrir las tendencias que cambiarán su rol en la sociedad a partir de las cuestiones expuestas en el IV Congreso Internacional de Innovación Educativa por Salvador Alva, presidente del Tecnológico de Monterrey.
Conocimiento sin fronteras
El talento supera muros y obstáculos y quien los quiera poner se alejará del conocimiento del siglo XXI. Hablamos también de fronteras. En un mundo globalizado, las nuevas tecnologías son el vehículo a través del cual el conocimiento se conecta y crece. Los sistemas educativos deben articularse a través de ellas para tejer una red más profunda, global y transversal entre personas y empresas. Internet es el vaso comunicante y el e-learning la fórmula que más lejos puede llevar el conocimiento.
Conocimiento compartido
“Todo lo que se pueda distribuir, se va a distribuir. Y si se puede hacer de forma gratuita, se hará”, afirma Alva. Una máxima que pone de relieve que en un mundo híper-conectado, el conocimiento está llamado a la descentralización. Tal y como exponen desde Telefónica Educación Digital, el mundo requerirá organizaciones que generen confianza en las nuevas herramientas. La universidad debe convertirse en un espacio abierto que conecte con el mundo real y forme a profesionales que integren dichas organizaciones.
Ciudades abiertas e innovadoras
La sociedad se articula alrededor de grandes núcleos de población. De su diversidad y su capacidad de inclusión dependerá su desarrollo y evolución. Una ciudad abierta y que favorezca el intercambio de información, experiencias y proyectos, precisa una universidad capaz de acoger comunidades de aprendizaje a medida de las personas que viven a su alrededor. Cuanto más incluyente sea una sociedad, más innovación se generará en ella y cuanto más abierta sea una universidad, más conocimiento generará.
Universidad para la vida
Hasta ahora, cuando alguien se refería a ‘la universidad de la vida’ normalmente se aludía a todo aquel conocimiento no reglado fruto de la experiencia y los avatares de la vida. Hoy, este concepto puede que se ajuste más que nunca a cómo debe entenderse el aprendizaje. La sociedad necesita una formación continua que permita adaptarse a un contexto de cambio constante. Se demandan personas flexibles y proactivas y el espíritu de adaptación y supervivencia debe fomentarse en las universidades.
Aprendizaje virtual
Las nuevas tecnologías son la herramienta para conseguir un sistema educativo eficiente y transformador. A su alcance, las posibilidades que brinda la inteligencia artificial, la realidad virtual o el big data son ilimitados. Tecnologías que convergerán en plataformas capaces de modelar sistemas complejos. Según Telefónica Educación Digital, nuevas formas de interacción que pueden y deben utilizarse para hacer más eficientes los procesos educativos y que la universidad debe liderar si quiere seguir ocupando un lugar centrar como motor de conocimiento.
Fuente: Natalia Pastor, Diario La Vanguardia (España)
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